El vehículo eléctrico es una realidad cada vez más presente en nuestro día a día. Además de los beneficios medioambientales, ofrece muchos otros en mantenimiento, ayudas públicas, reducción de costes de recarga… No obstante, la autonomía y la carga del coche eléctrico sigue siendo una preocupación para los usuarios. Actualmente, se ha avanzado mucho en esta cuestión y, gracias al uso de la carga rápida para coche eléctrico, es posible tener la batería a un 80% de carga en apenas media hora.
Pero ¿en qué consiste exactamente la carga rápida y cómo puede facilitarme el uso de mi vehículo eléctrico?
A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber para planificar correctamente el uso de carga rápida para coche eléctrico, adaptándolo a tus hábitos sin renunciar al correcto cuidado de la batería de tu coche eléctrico.
¿En qué consiste la carga rápida?
Las baterías de los coches eléctricos se recargan con corriente continua. No obstante, las instalaciones eléctricas que tenemos en lugares como nuestra casa o el trabajo la suministran en corriente alterna. Por tanto, la energía deberá pasar por el cargador de a bordo incorporados en los coches eléctricos para transformar la corriente alterna en continua.
Las estaciones de carga rápida transforman la corriente alterna de la red en corriente continua y la envían directamente a la batería. Permiten así una mayor potencia en la recarga y, por lo tanto, mayor rapidez. Será la capacidad de la batería para absorber la energía y la potencia del cargador los que determinarán el tiempo de recarga en cada caso.
Debemos tener en cuenta que, para evitar problemas de sobrecalentamiento, el uso de carga rápida nos permitirá llegar a 80%. A partir de ahí, la carga se ralentizará como medida de seguridad.
¿Cuándo usar la carga rápida?
La carga rápida requiere una instalación específica, con puntos de recarga preparados para la misma. Es por ello, que no vamos a encontrarlos en edificios de particulares o en zonas de trabajo. Se trata más bien de servicios pensados para la recarga en ruta, que ofrecen una experiencia similar a la de las gasolineras tradicionales. Así, las encontraremos en formas de electrolineras a lo largo de carreteras principales, vías públicas y áreas de servicios.
Es necesario tener en cuenta que, frente a las comodidades que ofrece una carga en tiempos cortos, un uso abusivo de este tipo de carga puede afectar a la batería de tu vehículo eléctrico. Es por ello, que se aconseja su uso solo ocasionalmente, cuando sea necesario disponer del vehículo con rapidez. En caso de disponer de varias horas para la disposición del vehículo, será más adecuado una carga con potencias menores. Y en el caso del día a día, una forma óptima de realizarla es aprovechar los precios más económicos de las tarifas nocturnas de electricidad, cargándolo durante la noche en el hogar y teniéndolo listo a primera hora de la mañana.
Planificación para ahorrar costes
Como hemos comentado, este tipo de carga es idónea para viajes largos pero nos podemos encontrar con el inconveniente de precios más elevados que en carga lenta. No obstante, existe un paso clave para reducir estos costes: la planificación previa de la recarga. Del mismo modo que se planifican otros aspectos del viaje, también es posible reducir costes en recarga al conocer de antemano las electrolineras y puntos de carga rápida disponibles en nuestro itinerario. Para ello, existen herramientas específicas que ofrecen mapas de las estaciones disponibles e información adicional sobre potencia, tipo de conector disponible, precios… Es el caso de aplicaciones como Electromaps, Next Charge o incluso Google Maps.
La autonomía sigue siendo un aspecto fundamental de la comodidad y el ahorro que ofrece la movilidad eléctrica. Conocer las opciones de recarga así como los tipos de vehículos y cargadores que más se ajustan a las necesidades de cada cliente puede ser fundamental. Desde Movelco, analizamos cada caso concreto y nos adaptamos a tus necesidades ofreciendo un servicio llave en mano.